El proyecto de cooperación técnica "Comunidades que leen" es una iniciativa conjunta de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La propuesta tiene como cometido promover la lectura a través del acceso a materiales de literatura infantil en los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres, Rocha y Maldonado.
“Comunidades que leen” apuesta a estimular la lectura y a mejorar las habilidades de lectoescritura de los estudiantes de cuarto y quinto grado de Educación Primaria. De este modo, contribuye a reducir las brechas de aprendizaje en niños y niñas de contextos desfavorecidos. Asimismo, el proyecto apela a fomentar la comprensión e interpretación del lenguaje literario y los valores de la diversidad e inclusión en poblaciones estudiantiles. La iniciativa alcanzará a alrededor de 9.250 alumnos y 300 docentes en 172 escuelas seleccionadas (Tiempo Completo, Aprender, Tiempo Extendido y Rurales). La propuesta prevé la creación de comunidades de lectura con los escolares, una campaña de promoción de la literatura infantil con la participación de escritores de diversas culturas, y la implementación de un programa piloto de sensibilización y capacitación a docentes y referentes familiares acerca de cómo mediar la lectura literaria. Por otra parte, se diseñará y aplicará una prueba piloto experimental con grupos de tratamiento y control (docentes, estudiantes y sus tutores) con el cometido de registrar los efectos de la intervención del proyecto. Esta medición será emprendida por la Dirección de Investigación, Evaluación y Estadística (DIEE) de la ANEP. El proyecto es llevado adelante a partir de recursos de una Cooperación Técnica No Reembolsable administrada por el BID, que surgió a partir de un convenio suscrito entre el Gobierno de la República de Corea y el Banco, mediante el Fondo Coreano para la Reducción de la Pobreza. La Unidad Ejecutora del Paemfe es la designada para ejecutar el proyecto, mientras que la Dirección de Políticas Lingüísticas del Consejo Directivo Central (Codicen) es la referente técnica del proyecto. El plazo del proyecto es de tres años, culminando en setiembre de 2025.
Inclusión y diversidad
La consejera del Codicen, Dora Graziano, destacó que se trata de una excelente estrategia educativa "que nos permitirá transitar un camino de más conocimiento y de respeto a las diferentes culturas (...) La lectura acerca el pasado y el presente desde la Historia y la Geografía, y los niños tienen a través de la lectura la vía para que esto sea una realidad”, señaló. La directora general de Educación Inicial y Primaria, Olga de las Heras, expresó: "Los maestros han manifestado un gran entusiasmo por trabajar este proyecto. Los libros tienen que llegar también a los hogares e incentivar a otros miembros de la familia. Los niveles de motivación tienen que estar sostenidos desde las familias”. El director de Políticas Lingüísticas, Aldo Rodríguez, informó que la propuesta incluye diecisiete libros que serán enviados a las escuelas "con una diversidad de temas, contextos y culturas. También recibirán materiales para saber cómo trabajar con esos libros". Asimismo, indicó que constituye un proyecto de inclusión en varios sentidos, ya que la cultura escrita permite fomentar la oralidad a través de la lectura, la relectura y la discusión con otros sobre lo leído. “Además implica una lectura intercultural porque desde la ANEP venimos favoreciendo la interculturalidad”. El representante del BID en Uruguay, Luiz Ros, celebró la iniciativa y afirmó que "La educación es el vector más importante". Además, destacó la inclusión y diversidad de la propuesta que aportan a la construcción de una convivencia pacífica. Por su parte, la especialista senior en Educación del BID, Andrea Bergamaschi, indicó que muchas familias carecen de libros o de las habilidades que se requieren para estimular a los niños en la lectura. En este sentido, destacó que el proyecto incluye una rigurosa selección de títulos “que permiten fomentar a las familias y docentes en la promoción de la lectura”. “La literatura infantil puede beneficiar a niñas y niños desde la primera infancia, y reforzar los vínculos entre padres e hijos”, remarcó.